martes, 2 de junio de 2015

Alivio Inmediato

Las voces en la oscuridad demasiado silenciadas se escuchaban en lo más lejos del monte, jamás había sentido un silencio tan interior, en la profundidad de su alma, en su iris multicolor, jamás había notado tanta tensión entre nuestros cuerpos. Nos fundimos en deseos e ilusiones, nuestros corazones palpitantes escuchaban el silencio del ambiente, pero nuestra mente funcionaba más rápido de lo normal. Nos acercamos, el uno junto a el otro, miraba su pelo alborotado a causa del viento, mi cabeza apoyada en su pecho con mi mente centrada en los pájaros que pasaban por allí. Nunca había estado en una situación así. Mis labios rozaron los suyos, sus miradas taponaron mis oídos, ya no podía escuchar nada más que su respiración, su manera de mirar al mundo. Pude notar su miedo reflejado en sus ojos. El miedo le impedía hacer todo lo que quisiera, se le apagaban las ideas, se le amontonaban los problemas. No había forma de sacarlos. Acerqué su cabeza junto a la mía, le aparté los cabellos de su oreja y acerqué mis labios que empezaron a formar palabras que traspasaban sus oídos como tremendos susurros. Le pedí que se tranquilizara, que desapareciera su nerviosismo, pero que sobre todo, disfrutara, que no todo sería fácil, pero tampoco se haría difícil
-Nuestra relación será un laberinto lleno de felicidad y de sorpresas inesperadas, será un cuento sin final, en el que nos defraudaremos miles de veces, pero el día que te vayas, lloraré, pero mis lágrimas serán las más sinceras que he podido liberar.
 

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