jueves, 25 de junio de 2015

Quiero una noche contigo. No quiero que nos acostemos. No de la manera en la que tu estas pensando. Quiero que paseemos, siquiera de la mano. Que señales con tus manos los puntos altos. Que corramos a algo que vemos a la vez. No haré preguntas, no habrá recuerdos. Al menos no mas recuerdos que los nuestros. Quiero que se levante el viento frio esa noche. No quiero tu chaqueta (como si la fueras a llevar, digo) Quiero ver el efecto que el aire hace en tu pelo. Solo por el placer de comprobar que no lo despeina mas que yo. Quiero que la primera versión de tus ojos sea una en la que mires los míos. Quiero que te gires rápido a mirar algo. Aunque sea a otra chica mas bonita. Solo por el placer de oler tu colonia barata debido al movimiento. Quiero que sea muy tarde.
No quiero que estemos solos en la ciudad. Quiero llegar a ese punto, en el que, casi por respeto a los que no tienen insomnio (o a los que no escriben), se empiezan a susurrar. Y que  susurres el mayor grito al amor. Quiero ver las luces de las pantallas en tu cara. No quiero reírme de ello. Quiero comprobar que tu sigues siendo la mayor luz. Quiero ver una estación sintiendo tu presencia al lado. Tirso de Molina, Sol, Gran Vía, Tribunal, como dice Sabina, ya.
¿Por donde te volveré a encontrar?
Puede que en otra noche, 
puede que ninguna, 
puede que hable de Madrid, 
o puede que hable de ti.

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